jueves, 30 de junio de 2011

Los 7 pecados capitales de la Concertación. Primera Parte

15-Junio-2011
La Concertación abre el nuevo ciclo político con una derrota electoral y política. Desde el primer momento comenzaron a buscar las causas de la derrota y  las fórmulas para su renacer político-electoral. En el nuevo escenario la coalición debe asumir un nuevo rol. Debe empezar un proceso de aprendizaje para ocupar su nuevo lugar en la política nacional; ya no son gobierno.

El primer intento –luego de algunos mea culpas- fue el cónclave que realizan en Abril del 2010 y que repiten en Octubre. Durante ese año, también hubo una reformulación en la conducción de los partidos políticos que cambiaron directivas y definieron las políticas de la fase. Este proceso comienza con las elecciones del PPd en Junio, del Ps en Julio, de la Dc en Agosto y en Octubre se termina el proceso de reformulación interna con los radicales. 

Esta primera fase de aprendizaje está marcada por una especie de inmovilidad político-legislativa en el sentido de que es un período en que el gobierno pareciera dominar por completo el escenario y debate nacional por efecto de las primeras leyes para la Reconstrucción. El peak de esa situación favorable para el gobierno ocurre en Octubre del 2010 cuando la aprobación del Presidente y del gobierno llega al 63% –que no sólo se explica por el rescate de los mineros-.

Desde ese momento comienza una baja sostenida del Presidente y del gobierno que llega a su nivel más bajo en Mayo del 2011 cuando Piñera llega a un nivel de aprobación del 36% y una desaprobación del 56%. Se espera, que en los próximos meses la baja aumente.

Estos datos son consecuencia de una crisis política interna que viene incubándose desde finales del 2010 y que entra a una fase crítica en Enero del 2011 con la crisis del Gas en Magallanes. Desde entonces la lista de conflictos es muy amplia; hasta llegar a las actuales movilizaciones ciudadanas y estudiantiles.

De manera paralela la Concertación logra cierto aire y comienza a jugar un rol opositor más activo y claro. La primera expresión de ello, es la discusión del presupuesto 2011 en Noviembre del 2010. Desde entonces y en el marco de una crisis latente del gobierno, la Concertación comienza a definir una actitud opositora más firme y menos dócil frente a un gobierno que hasta ese momento dominaba la agenda.

Lentamente, la Concertación comienza a encontrar elementos que fortalecen su unidad, su convicción y voluntad de seguir manteniendo el pacto de centro-izquierda. Los elementos que contribuyen a esta situación son a) el aprendizaje opositor que se ha ido consolidando, b) la crisis latente del gobierno iniciada a fines del 2010 y que se hace manifiesta con mucha fuerza en Mayo del 2011, c) la actitud firme y unitaria frente a la agenda social del gobierno donde el concepto de “letras chica” juega un rol como dispositivo comunicacional fundamental, d) el convencimiento de que la única forma de volver al ejecutivo es por medio de la “unidad opositora amplia” y e) la articulación de una plataforma político-electoral para las municipales de Octubre del 2012.

La vocación y la racionalidad de poder que muestra la Concertación son tan fuertes, que terminan anulando las fuerzas políticas, sociales y ciudadanas que anuncian la “crisis terminal” del conglomerado. Sus dirigentes y liderazgos -nuevos y/o tradicionales- ante la necesidad “vital” de volver a La Moneda han encontrado los elementos políticos que la van haciendo despertar del letargo que genero no sólo la derrota electoral en las últimas presidenciales y su sorpresivo “treinta por ciento”, sino también de sus quiebres internos que se conocen como la dinámica de “los descolgados”.

Todo ese aprendizaje para convertirse en oposición firme y clara y comenzar a resurgir como pacto político competitivo y dejar atrás el “pesimismo” de su desintegración encuentra su mejor momento político en Mayo del 2011 cuando a) aumentan las tensiones gobierno/oposición -expresado en tensiones legislativas como el postnatal, ley súper 8, el 7% de los jubilados y políticas como el caso HidroAysén- b) aumentan las tensiones al interior del pacto gobernante y c) se consolida su vocación de poder desde un rol opositor firme, claro y activo.

Venimos planteando que la Concertación ha ido encontrado su lugar como oposición y que ello ha implicado una especie de refundación que la va alejando de sus “crisis terminal” que pareció aparecer como un fantasma durante los primeros momentos de la derrota. Sin embargo, ello no es consecuencia de haber desarrollado una actitud obstruccionista; como, ha insistido la coalición gobernante durante los últimos días.

No es casualidad, por tanto, que el gobierno haga un llamado (lunes 06 de Junio) a la concertación para buscar unidad y destrabar las tensiones legislativas con el objetivo de aprobar los proyectos en debate. La derecha busca un respiro. La concertación busca interlocutores válidos y legítimos.

Sin embargo, no todo son cuenta alegres. Ha pasado un año y medio de que la Concertación se convirtió en oposición y las cosas en términos políticos y electorales no parecen mejorar en términos de volver a convertirse en una fuerza político-electoral dominante y hegemónica. Hay siete aspectos que debilitan su accionar político y debilitan sus opciones de volver a La Moneda; a) carencia de liderazgos presidenciales, b) poder electoral del 29%, c) bajo nivel de aprobación en las encuestas, d) no capitalizar descontento ciudadano, e) no capitalizar la debilidad política del gobierno, f) carencia proyecto país y g) el peso de “los descolgados” y su potencial electoral.

Por razones de espacio y con el fin de seguir la dinámica de Internet, el desarrollo de estos siete conflictos en : "los siete conflictos de la Concertación. Segunda Parte".