sábado, 18 de junio de 2011

Aprobación y Sucesión Presidencial.

18-Junio-2011
El presente artículo tiene como objetivo plantear algunas hipótesis acerca de la relación existente entre aprobación de un Presidente y las posibilidades de que la sucesión presidencial siga en las manos de la misma coalición de gobierno. Es decir, ¿qué efectos genera sobre la sucesión presidencial los altos o bajos niveles de aprobación que tiene un Presidente determinado al final de su gestión?

Al analizar los datos de la aprobación presidencial no sólo en relación a lo que ocurre con Bachelet, sino también con los otros presidentes de la Concertación (Aylwin, Frei y Lagos) podemos plantear la hipótesis de no hay relación relevante, directa ni significativa entre la aprobación de un Presidente y el sucesor oficialista.


Las cifras muestran que una coalición de gobierno con un Presidente con baja aprobación, puede –dependiendo de algunas variables- lograr continuidad gubernamental. Al contrario, una coalición con un Presidente con alta aprobación, puede perder el gobierno.

Para confirmar la hipótesis vamos analizar la sucesión presidencial de Frei a Piñera según los resultados de la encuesta del Cep y Adimark.

Aylwin-Frei.  Frei sucedió a Aylwin de manera fácil en Diciembre de 1993. Se impuso sobre un amplio abanico de candidatos con un 58%.

La aprobación de Aylwin puede ser descrita como intermedia. Su aprobación al empezar su gobierno fue del 50% y al terminar fue del 51%. Su promedio llegó al 53%. El 58% de Frei no sólo es superior al 55% logrado por Aylwin cuando fue electo, sino también muy superior a sus cifras de aprobación. Entonces, con esas cifras de aprobación ¿cómo explicar la alta votación presidencial de Frei?

La respuesta la encontramos en la hipótesis planteada de que no hay relación significativa entre los niveles de aprobación y la votación electoral del sucesor oficialista. Las características políticas de la fase son las variables determinantes. En efecto, las condiciones políticas de la coyuntura como la debilidad de la derecha, la fortaleza de Frei (en el contexto de la época) y la necesidad política e histórica de seguir con la re-democratización, generan la continuidad; más allá de las cifras de aprobación que mostraba Aylwin.

Frei-Lagos.  Lagos estuvo a 31.140 votos de perder la elección presidencial; un resultado estrecho que a principios de año nadie imaginaba. Para la Concertación fue un triunfo electoral y una derrota política.

Cuando Frei termino su mandato su nivel de aprobación en Octubre de 1999 llegaba al 28% y su desaprobación al 49%. Su aprobación promedio fue del 37%. Con estas cifras de aprobación ¿cómo explicar el triunfo de Lagos en la presidencial?

Lagos tuvo una cantidad de votos mayor en 20 puntos al nivel de aprobación que tenía Frei y su nivel de aprobación al iniciar su gobierno fue superior en 21 puntos. Lagos inicio su gestión con una aprobación del 49%. Sin duda, el piso que Frei le deja a Lagos es malo. Tan malo, que la Concertación estuvo a 30 mil votos de perder la elección.

Las malas cifras de aprobación de Frei se explican no sólo por el mal manejo de la crisis asiática -expresado en bajas cifras de crecimiento y alto desempleo-, sino también por la crisis eléctrica que dejo sin luz a los chilenos durante algunas horas del día durante varios día. Sin duda, coyunturas de alto impacto social que debilitaron al Presidente, al Gobierno y a la coalición. Sin embargo, la potencia de la figura de Lagos y la negociación laboral de última hora son elementos de la coyuntura que contribuyen a neutralizar el escenario político adverso para el oficialismo.

Dos afirmaciones. La primera es que las malas cifras de Frei explican el hecho de que la Concertación con Lagos estuvo a punto perder la elección; y que, una Coalición de gobierno puede ganar una elección presidencial cuando el piso que deja el Presidente anterior (en términos de aprobación-desaprobación) es malo.

Lagos-Bachelet.  La aprobación promedio de Lagos llega al 51%. Empieza su gestión con un aprobación del 49% y termina con el 58%. En este punto hay que hacer una consideración metodológica. Adimark comenzó a medir la aprobación en Marzo del 2006 con una metodología distinta a la que usaba el Cep. Mientras la del Cep que hace la medición final del período en Noviembre del 2005, la de Adimark se hace en Marzo del 2006. Mientras en la primera llega a una aprobación del 58%, en la segunda al 78%.

Surge, una pregunta: ¿Qué nivel de aprobación dejo Lagos a Bachelet para enfrentar la campaña presidencial?  Lo más razonable, es usar la cifra del 78%, ya que es comparable con el 53% de aprobación que Bachelet tiene al iniciar su gobierno. Lagos entrega a Bachelet un buen piso en términos de aprobación presidencial.

Entonces, con esas cifras de aprobación ¿cómo explicar que Bachelet tuvo menos votos que Lagos en primera vuelta y que la derecha le gano por primera vez a la Concertación a nivel presidencial?

La respuesta la podemos encontrar en la hipótesis de que Lagos genera las condiciones políticas para que el oficialismo y su candidato presidencial ganaran la elección. Se junta buena evaluación, buen candidato, condiciones políticas favorables y oposición dividida. Es decir, elementos de coyuntura que son más decisivos que las cifras de aprobación.

Bachelet-Piñera.  Bachelet inicio su gestión con un 53% de aprobación con el 84%. Su promedio fue del 54%. Por tanto, con esas cifras de aprobación ¿cómo explicar la derrota política y electoral de la Concertación?


Nuevamente, ponemos en acción la hipótesis. No hay relación entre aprobación y sucesión presidencial oficialista. En efecto, se puede ganar una elección aún cuando el Presidente del oficialismo tenga buenos o malos niveles de aprobación. Las condiciones políticas de la coyuntura, la calidad del candidato sucesor y la fuerza de la oposición contribuyen de manera decisiva a sepultar o no al candidato.

Conclusiones.  La hipótesis de este artículo es, a la vez, la conclusión. Es decir, la votación presidencial de una coalición gobernante no tiene relación significativa con los niveles de aprobación-desaprobación de un Presidente.

Son las condiciones políticas de la fase, el estado de la coalición gobernante, la fortaleza o debilidad de los candidatos son los elementos que, finalmente, deciden la elección.

En otro artículo indagare sobre las razones y causas que explican las alzas, bajas y estabilizaciones que en determinadas coyunturas ocurren en la aprobación-desaprobación de un Presidencial y/o Gobierno.