Noviembre 2012
A
la fecha se han hecho todo tipo de evaluaciones de los resultados electorales
de la municipal. La gran conclusión es que al gobierno le fue mal y que sus
pronósticos fueron superados por el “estado político” del país. Hemos visto que
hay varias maneras de evaluar lo que ocurrió el domingo.
El gobierno no sólo
perdió en la mayoría de los niveles posibles de análisis –nacional, regional,
provincial, mayores habitantes, mayores electores, etc.-, sino también perdió
la batalla más importante y de mayor impacto en materia presidencial: a nivel nacional en alcaldes perdió en
votos y en número de municipio a gobernar. De hecho, en el 2004 gano en
este ítem la Concertación por seis puntos porcentuales y al año siguiente gano
la presidencial Bachelet. En el 2008, en esta elección gano la derecha por dos
puntos porcentuales y al año siguiente gano la presidencial con Piñera; y en el
2012, gano la post-concertación por seis puntos porcentuales y al año siguiente
se supone que va ganar la presidencial la “santa del silencio”.
Sin
embargo, al revisar los resultados con mayor ponderación y calma se observa que
el oficialismo sigue siendo una fuerza electoral significativa y que su capacidad
competitiva sigue intacta. En efecto, perdió la elección de manera contundente;
pero, a la vez, sigue siendo una fuerza política competitiva que dadas
determinadas circunstancias puede volver a tener triunfos.
Entonces,
¿qué tipo de análisis se puede hacer para romper los tradicionales resultados
que se han comentado estos últimos días –por lo menos, a nivel público? Uno de
ellos, es ¿cómo le fue a las fuerzas políticas en las regiones ricas y pobres?
La más rica y la más pobre:
Antofagasta v/s Araucanía
La
Región más rica de Chile es la segunda –Antofagasta-.
Según datos del Fondo Monetario Internacional su pib per-cápita es de 37 mil
dólares. Datos preliminares del Censo muestran que en sus 9 comunas residen 542.504
habitantes; de ellos, el 63,8% se concentra en su capital regional. Sus
habitantes representan el 3,27% del total nacional. Su nivel de cesantía
alcanza al 4,5% en un rango medio en relación a las otras regiones. Es una
región eminentemente urbana; sólo el 2,3% vive en zonas rurales. Finalmente, su
padrón electoral llega a 412.383 electores equivalente al 3,1% del total
nacional.
La
Región más pobre es la Araucanía
(Novena Región). La misma fuente muestra que tiene un pib per-cápita de cinco
mil dólares. El censo 2012 arroja que en sus 32 comunas residen 907.333 habitantes;
de ellos el 29,6% se concentra en su capital regional –Temuco-. Sus habitantes
representan el 5,47% del total nacional y su nivel de cesantía llega al 6,6%
ubicándose entre las tres regiones con más altos niveles. El 32% de sus habitantes
viven en zonas rurales. Los electores de la Región llegan a 805.566 y
representan el 6% del padrón electoral del país.
En Antofagasta
al gobierno le fue muy mal. Otra paradoja del ciclo Piñera. Sólo obtuvo a nivel
regional el 6,39% de los votos; el resultado más malo a nivel regional. En la
capital regional tuvo una resultado inferior (5,66%). De los nueve alcaldes en
disputa sólo se queda con uno. En la región más rica de Chile con una cesantía
bajo el 5% el gobierno tuvo una derrota electoral que se asemeja a una paliza.
En todo caso, la Región nunca ha sido una buena región en términos electorales
para la derecha; no obstante, su apoyo electoral baja a la mitad.
A
su vez, la Concertación tuvo un mejor resultado al lograr 5 municipios –de nueve
posibles- y el 33% de las preferencias. Sin embargo, en la capital regional
tiene una baja de 10 puntos porcentuales. Lo interesante de estos resultados es
que el duopolio fue derrotado de manera significativa. Las fuerzas duopolicas
logran el 60% de las preferencias y tres alcaldes; un independiente fuera de
pacto y dos del progresismo de Meo. Esto último, se explica, entre otros, por
los fuertes liderazgos caudillistas que hay en las distintas comunas de la
región y que también tuvieron fuerte presencia en la municipal del 2008.
En la Araucanía
al gobierno le fue mejor. No sólo aumento su votación en la capital regional –Temuco-
al pasar del 49% al 54% y mantener el municipio, sino también a nivel regional
hay un aumento del 40% al 43%. Sin embargo, en Alcaldes tiene una baja de 12 a 10
municipios. Este resultado para el oficialismo se encuentra entre los tres
mejores que obtiene a nivel regional.
La
Concertación logra 16 municipios y el 41,3% de los votos. Le gana a la derecha
en Alcaldes y pierde en votos. A su vez, las fuerzas duopolicas concentran el
84,3% de los votos y el 81% de los municipios.
Según estos antecedentes ¿por qué al
gobierno le va mal –muy mal- en una región rica y bien en la región más pobre
de Chile?
Si
aumentamos el nivel de agregación y nos acercamos a total nacional, ¿Qué pasa
con esta relación entre riqueza y rendimiento electoral?
Las tres más ricas v/s las tres más
pobres: el norte v/s el sur
Las
tres regiones más ricas del país están
en el Norte y se vinculan fuertemente a la actividad minera: Tarapacá, Antofagasta y Atacama. El Pib
per-cápita de cada una es de 20.427, 37.047 y 17.904 dólares respectivamente. En promedio llega a
los 25 mil dólares. Es una zona eminentemente urbana y minera que representan
el 6,8% y el 6,3% de los habitantes y electores del país respectivamente. Sus
niveles de cesantia se ubican entre los más bajos del país.
Los
datos electorales muestran nuevamente
que en las regiones ricas, urbanas y con baja cesantía los rendimientos
electorales del gobierno fueron malos. No obstante, son zonas en que la
derecha nunca ha tenido buenos resultados; por lo menos, en comparación a las
otras fuerzas políticas. Su votación llegó al 17% y a 6 Alcaldes de un total de
25. La post-Concertación llega al 27% y logra 11 municipios. La fuerzas
duopolicas sacan 8 Alcaldes y el 56%. En relación a las municipales del 2008 la
derecha tiene una baja de once puntos porcentuales.
Las
tres regiones más pobres del país son:
La Araucanía, Arica y Los Lagos. El Pib per-cápita de cada una es de 5.058,
5.884 y 6.513 dólares respectivamente. En promedio llega a los 6.300 dólares.
Es una zona eminentemente urbana y minera que representan el 11,5% y el 12,2%
de los habitantes y electores del país respectivamente. Sus niveles de cesantia
se ubican entre los más altos del país –con la excepción de Arica-.
El
oficialismo logra el 39% de la votación y aumenta en 1.5 puntos porcentuales su
resultado nacional. A la vez, es una cifra que supera largamente lo que ocurre
en las regiones ricas. En Alcaldes logra 18 municipios de un total de 64. En
relación a la municipal anterior su votación se mantiene estable. Nuevamente,
le va mejor en las regiones más pobres. Al contrario la Concertación y sus
nuevos socios llega al 44% y aumenta su votación en dos puntos porcentuales en
relación a lo que ocurre en el 2008. Logra 39 municipios. Finalmente,
las fuerzas duopolicas sólo logran el 17%; fuertemente, influido por lo que
pasa en Arica con el caudillo local Salvador Urrutia.
Como
conclusión podemos ver que en las regiones urbanas, con más alto ingreso
per-cápita, mineras, con baja cesantía, con los mayores crecimiento poblacionales de la década, con bajo nivel de habitantes y de electores y con los mayores
niveles de abstención, el oficialismo
tiene malos resultados no sólo en relación a las otras fuerzas políticas (principalmente,
frente a la post-concertación), sino también en relación a lo que ocurre en las
municipales del 2008.
Al
contrario, sus mejores resultados se encuentra en las regiones pobres, con alta
cesantía, con alta población y electores y con bajos niveles de abstención –comparativamente-.
No obstante, sigue perdiendo frente a la post-concertación con la excepción de
lo que ocurre en la Araucanía.
Si,
a esta realidad agregamos que el oficialismo muestra buenos rendimientos
macroeconómicos (alto crecimiento, cesantía a la baja –se han dado el lujo de hablar
de “pleno empleo”-, alta tasa de inversión, inflación baja y controlada y remuneraciones
al alza), nos enfrentamos a una gran interrogante:
¿por qué los buenos rendimientos económicos del gobierno no se traducen
en apoyos político-electorales?
Del mismo modo, ¿porqué los defensores de la empresa privada, de la desregulación y de
la creación ilimitada de riqueza pierden de modo arrollador en las regiones más
ricas? Al contrario, ¿por qué le va
mejor en las regiones pobres, rurales y con alta cesantía?
La
respuesta no es fácil. Otra pregunta, ¿por
qué en las regiones ricas el duopolio muestra sus más bajos rendimientos?
A
mi entender, la respuesta se encuentra en que el crecimiento de Chile es
desigual y altamente concentrado. No basta con crecer ni orientar el desarrollo
en el contexto del crecimiento ilimitado. El ciclo socio-político se inicia con
una demanda fuerte por la igualdad. Quién mejor capte este anhelo ganara la
presidencial del próximo año. Sólo, tendrán que tener cuidado con las expectativas.