Marzo-2013
Desde
finales del año pasado comenzaron algunos acercamientos entre los progresistas
de MEO y los sectores progresistas de la Concertación con el fin de explorar la
posibilidad de avanzar hacia la unidad opositora. Sin embargo, no hay que
olvidar que el llamado a esa la unidad comenzó desde los primeros días de la
nueva administración. De hecho, los progresistas han mencionado durante los
últimos meses que desde “hace dos o tres
años vienen pidiendo conversar”. Por ello, las actuales tentativas unitarias tienen ya una historia.
En
ese camino y en vísperas de las municipales de fines de Octubre esos intentos se intensificaron. Una vez terminada
la jornada electoral MEO hace un llamado a la unidad opositora y la Concertación
2.0 hace lo propio. Sin embargo, cada conglomerado tiene una demanda distinta.
Desde entonces lentamente se fueron sucediendo declaraciones y encuentros que
luego de cuatro meses y medio –entre Noviembre del año pasado y mediados de
Marzo- han llegado a punto muerto. Pero, hay avances. Y lo saben.
A
principios de Noviembre MEO hace un
llamado a “todos los partidos políticos
críticos con el actual sistema a levantar un acuerdo programático... y
primarias abiertas y democráticas en senadores y diputados”. No obstante,
insiste en que “el tiempo del diálogo ya
se acabo”; y por tanto, en materia presidencial la primera vuelta es la
primaria. La respuesta de la Concertación 2.0 no se hizo esperar. En efecto, Andrade
y Walker invitan a los progresistas a participar en la primaria opositora –como
organizadores y como competidores-.
A
mediados de mes, MEO manifiesta que no va concurrir a la invitación debido a
que su demanda no ha sido bien recibida. En esa dirección, afirma que han
respondido “que nada de eso ocurrirá. Por
tanto, repetimos: la primera vuelta será una gran primaria… queremos un
programa, primarias y respeto”. A fines de Noviembre, MEO insiste en las
tres condiciones: “un programa de gobierno común, primarias parlamentarias y la
disposición… de reunirse conmigo”.
En Diciembre
este “diálogo de sordos” no trae novedades significativas; MEO se junta con
José Antonio Gómez y la Concertación 2.0 comienza formalmente a organizar las
primarias de Junio. Cómo se esperaba MEO no asiste al encuentro e insiste en
que la primaria será la primera vuelta. Andrade, replica señalando que "no sé cómo habría que hacerlo… hemos
utilizado todos los medios posibles… hay partidos que han tenido bilaterales
con él y las invitaciones las hemos hecho por todas las vías posibles, en forma
directa, a través de terceros".
Las
razones porque MEO no asiste a la “invitación”
son evidentes cuando afirma que “ellos no
me invitaron a ninguna primaria parlamentaria ni al programa”. En efecto,
la Concertación 2.0 ha hecho una invitación para la primaria presidencial y MEO
ha planteado otro camino y afirmado que sólo lo han invitado a una “primaria trucha y de cartón”. En la misma dirección, el Secretario General
del PRO –Camilo Lagos- se pregunta “¿a
qué primarias nos invita Andrade o Walker?… Sin debate de ideas ni programa,
sin extenderse a todos los distritos y circunscripciones, las seudo primarias
que ofrece la Concertación no son sino primarias de cartón”. No obstante, MEO
dice luego de la reunión con Gómez a mitad de mes- estar “dispuesto a conversar y a construir puentes”.
A terminar el mes, MEO afirma que la Concertación se negó “de manera sistemática a debatir un
programa de gobierno y a hacer primarias parlamentarias… ya es tarde para
lograr un acuerdo… nos veremos en primera vuelta". Finalmente, insiste
en sus planteamientos políticos y estratégicos al afirmar que “quiero un acuerdo programático, pero ya no
se pudo. No nos parecen aceptables los acuerdos por omisión que promueve el PC
para las parlamentarias”.
Se observa, por
tanto, que desde el primer momento surgen diferencias que no se han podido
resolver. Mientras la Concertación pone
el acento en la primaria opositora que conduce a candidatura presidencial
única, los progresistas lo hacen en el programa y en la primaria parlamentaria.
MEO empezó el año con su buen
posicionamiento presidencial en la CEP. De ese modo, se ratifica que MEO es la
segunda mejor opción opositora; no obstante, pierde con Golborne. Durante el
mes de Enero los progresistas comienzan a diseñar el programa, la lista
parlamentaria y a posicionar sus ideas fuerza. Junto a ello, insisten en que la
primaria será la primera vuelta presidencial y que no cree que la Concertación
haga “primarias genuinas… y si las hay,
serán de cartón”.
A su vez, la
Concertación 2.0 decide –a mediados de mes y en el contexto de avanzar en el
acuerdo parlamentario- que los candidatos de la oposición unida al parlamento
“deben” apoyar al candidato presidencial que surja del sector. Si bien, con esa
condición se pone otra traba para avanzar en un pacto opositor, se abre la
posibilidad de avanzar hacia una lista parlamentaria unida de la oposición. Sin
embargo, para los progresistas “esa condición es una extorsión, porque
tenemos nuestro propio candidato presidencial que cuenta con un proyecto país”;
¿cómo una candidato del PRO en una lista
unitaria va apoyar a Bachelet y no a Marco?
Febrero fue el mes más
intenso. Comienza con la ratificación de que hay candidato presidencial,
programa y lista parlamentaria. Durante la primera semana el intercambio de afirmaciones
y contra-afirmaciones entre MEO, los socialistas, la DC y los comunistas fue
duro. Es una semana en que las desconfianzas aumentán fuertemente de
temperatura. Tellier afirmaba que MEO “miente
a sabiendas de que no es así” y Chaín de la DC decía que “no se puede tener este doble estándar: que
primarias parlamentarias sí, pero presidenciales no” y Orrego declaraba en
la misma línea al decir que “en política
se castiga el doble discurso y creo que Marco lo ha tenido ya en demasía”.
En
se cuadro de desconfianza MEO afirma "ya
respondieron que no…-y pregunta e interpela-... ¿Por qué el PS no quiso reunirse con nosotros,
por qué el PS no quiere tener un acuerdo programático, por qué la directiva de
la DC no quiere primarias para todos los cargos?".
No
obstante, se agenda una bilateral entre
el PS y los progresistas. El encuentro fue bien evaluado por ambas partes. En la reunión hay una novedad significativa:
los progresistas se abren –por primera vez- a la posibilidad de ir a la
primaria presidencial. Ello, no obstante, condicionado a una primaria
parlamentara amplia. El mensaje enviado pedía “orden y programa. Si… todos los partidos estén disponibles para una
primaria parlamentaria y para todos los cargos, entonces conversamos programa y
de ahí estamos disponibles para primaria para todos los cargos”. Pero, le
pone freno a la proposición cuando advierte que no hay que confundirse porque “El PRO ya proclamó, hace cuatro meses, a
Marco Enríquez-Ominami como candidato presidencial… Esa es la realidad en este
momento”.
A
la salida del encuentro, Andrade decía que "existe
la común voluntad de hacerse parte de un proceso de construcción de oposición
para derrotar a la derecha". En ese proceso quedaba conversar con la
DC y los comunistas. Así, lo hacen saber cuando afirman que "si aclara la disposición de todos los
partidos de la Concertación, en particular la DC, el PRSD y también el PC, para
realizar primarias para todos los cargos, en base a un acuerdo programático,
solicitamos formalmente conversar con su coalición".
Los
comunistas manifiestan disposición y afirman que “siempre han estado dispuestos a conversar… y que no se ha negado a
primarias”. Con la DC, las relaciones son más tensas y complejas; no
obstante, han manifestado la voluntad de conversar. El ex Alcalde –y hoy,
candidato al Senado- Alberto Undurraga ha declarado que “la DC se debe reunir con todos aquellos que compartan la necesidad de
renovar la política y el término de la desigualdad en Chile y Marco por cierto
está en ello”.
Sin
embargo, las conversaciones solicitadas para mediados de mes, por distintas
situaciones, no se realizaron y se re-programan para Marzo; cuya fecha tope es
el quince –para unos- y el 22 –para otros-. No obstante, luego de más de tres
meses de conversaciones, invitaciones y declaraciones por la prensa, se
producía un movimiento en las posiciones: los progresistas mostraban
disposición a participar en la primaria presidencial opositora; y, a su vez, la
Concertación mostraba disposición para armar una lista al parlamento unitaria.
En ese contexto, sólo faltaba entregar
señales en torno al programa opositor.Termina
el mes de Febrero con la ratificación de que los progresistas “están enfocados en un programa común con
los ejes que hemos propuesto. Si eso sucede, estamos dispuestos a ir a
primarias parlamentarias y presidenciales”.
A principios de Marzo
manifiestan su molestia por lo que estiman una nueva maniobra del duopolio para
mantenerla sus privilegios: “una vez más
la Concertación y la Derecha se coluden para asegurar cupos en el Parlamento…
al alterar la ley de primarias”, afirma un alto dirigente. En este contexto
ratifica y usan –nuevamente- como una medida de presión el camino propio al
reafirmar que “la única primaria que
iremos es a aquella que limita la segunda reelección, que no establece vetos ni
cupos asegurados y se fundamenta en un profundo programa de transformación
social, económica y política para Chile”.
En
concomitancia con esa molestia política, la segunda semana de Marzo la posibilidad
de un acuerdo se cayó. De ese modo, los progresistas afirman que llegaron a la
conclusión de que “no existe ninguna
disposición para dialogar”. En esa línea, MEO declara que su “desafío es ganar la elección por la vía
democrática… Debo decir que no les creo… Me cuesta relacionarme con esos
dirigentes, porque los conocí desde adentro… Los vi actuando y no les creo”.
El
hecho, no sólo causo extrañeza en Andrade quien dijo sentirse “engañado”, sino también en Quintana del
PPD, que siempre ha estado apoyando y estimulando las negociaciones con MEO –al
igual que el Senador Gómez-. En esta ocasión declaro que “MEO no puede seguir jugando a la niña bonita de la fiesta, no es el
camino para alcanzar la unidad más amplia para derrotar a la derecha”. Lo
mismo hace el Secretario General del PPD Gonzalo Navarrete, al afirmar que "nunca hubo una voluntad real en que
llegáramos a un acuerdo y creo que el PRO tenía decidido desde antes llegar a
la primera vuelta".
En lo aparente las negociaciones están
estancadas en punto muerto. No es la primera vez que ocurre. A
su vez, en lo latente siguen su curso
silencioso motivadas por la necesidad política de ambos conglomerados. La
historia va continuar. De hecho, los progresistas no han cerrado la puerta de
manera definitiva –han hecho un alto táctico- ya que han llamado a una
“discusión entre notables”: Bachelet y MEO, cara a cara. Lo planteo, un alto
dirigente progresista al decir que "si
la candidata de la Concertación decide abrir un puente de diálogo, los
progresistas estaremos abiertos. Y será nuestro candidato presidencial ME-O
quien lo establezca".
Ahora,
surge una pregunta: ¿Por qué las
negociaciones no han avanzado? La respuesta se encuentra en el contexto
político en el que se han desarrollado las negociaciones. En esa dirección, las
desconfianzas y el cálculo político-estratégico han conspirado contra la unidad
opositora.
La
salida de MEO de la Concertación y del PS, su opción presidencial con un fuerte
tono anti-Concertación y la consolidación del camino propio, generó muchas
desconfianzas entre él y la élite concertacionista. Durante este período no se
ha dado ninguna señal en sentido contrario. Los celos son mutuos.
En ese mar de
dudas y descalificaciones se desarrollan las tentativas para negociar un
acuerdo opositor: ¿cómo avanzar cuando
de lado y lado se tratan de mentirosos o cuando unos se sienten “engañados” y
otros no considerados?; ¿cómo van avanzar si no se escuchan ni sinceran
posiciones?; ¿cómo avanzar si MEO dice que “el problema no es Bachelet”… sino “sus
asesores, voceros y presidentes de partido… los Escalona, Frei, Pizarro o
Zaldívar… Walker, Andrade”?; ¿cómo avanzar si se afirma que MEO “no está
actuando de buena fe”?; ¿cómo van avanzar si la historia –desde el primer día-
está llena de descalificaciones?
La
desconfianza está instalada. Lo complejo del asunto es que esta se ve reforzada
cuando hay que resolver los tres temas esenciales de la agenda negociadora:
programa, primaria presidencial y primaria parlamentaria. En esa negociación sólo la racionalidad –como cálculo instrumental- y
la generosidad harán posible algún tipo de acuerdo.