Nuevamente
el CEP –por medio de su encuesta- se convierte en actor político y en una
variable relevante de la coyuntura. Nuevamente sus resultados fueron y son
controvertidos. Si bien en la encuestas del 2013 la polémica giro en torno a la
debilidad de la candidatura de Matthei y la derrota inminente de la derecha, en
esta ocasión la polémica giro en torno a la reforma educacional.
La
encuesta tiene muchos tópicos interesantes y característicos. Uno de ellos, es
la parte referida a la reforma educacional que contiene 16 preguntas. Si la
encuesta es amplia y abarca nueve temáticas, ¿por qué los medios y los actores de la política ponen atención en los
resultados producidos en torno a la reforma educacional?
La
respuesta se encuentra en la política y en la coyuntura. Desde todos los
sectores se escucharon opiniones y críticas. Todos usaron sus resultados para
sus fines de poder y posicionamiento político. Los resultados de la parte
referida a la reforma educacional era lo más atractivo para la coyuntura.
Al
revisar el diseño de las preguntas, de las respuestas y de los resultados
obtenidos en la sección educacional, se observa que se trata de un dispositivo político bien definido y
claro que tiene como objetivo influir no
sólo en el debate educacional de la coyuntura a corto y largo plazo, sino
también reforzar a la débil derecha política de hoy.
Por
ello, en este artículo quiero responder la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las principales conclusiones de
la encuesta en materia educacional? Para responder esta pregunta, voy
analizar cada una de las 16 preguntas de la sección educacional; en la
perspectiva de mostrar la pregunta, la forma de responder, el resultado y una
conclusión principal.
Pregunta # 1: “A igual costo de
matrícula y similar distancia, ¿Ud. preferiría… un municipal o un particular
subvencionado?”. Los resultados muestran que la gente
prefiere un subvencionado (59%) por sobre un municipal (35%).
Conclusión:
la gente “prefiere” para sus hijos colegios particulares subvencionados.
Justamente, lo que la derecha y otros sectores de centro defienden y vinculan
con la libertad.
Sin
embargo, la respuesta debe analizarse en el largo plazo. En primer lugar, las
cifras son muy similares a las que se observan en la medición de Junio del
2001. En segundo lugar, la preferencia por el particular subvencionado aumenta
10 puntos porcentuales desde la “revolución pingüina” –Junio del 2006- llegando
al 70%. Esta cifra se mantuvo estable hasta la medición de Noviembre del 2011.
A su vez, la preferencia por la educación municipal bajaba del 37% al 26%. En tercer lugar, se observa
que desde el momento en que la presión estudiantil disminuye –a partir de
agosto del 2011- tiende a bajar la preferencia por el particular subvencionado
y a subir el municipal. ¿Por qué ocurre
esto? De manera breve –y como
hipótesis- se puede afirmar que al aumentar la percepción pública de crisis en
el sistema educacional aumenta la preferencia por lo particular subvencionado y
disminuye lo público-municipal.
Pregunta # 2 y # 3:
Se pregunta en torno al “por qué
preferiría” lo particular subvencionado a lo municipal. Los resultados
muestran que los que prefieren la educación subvencionada tienen entre sus tres
primeras prioridades: la calidad académica (69%), el orden y la disciplina (60%)
y una mejor infraestructura (30%). A su vez, los que prefieren la educación
municipal tienen entre sus tres principales prioridades: la idea de una
educación pública, que podría ser leída como una cuestión ideológica (50%), por
la mayor diversidad social, que puede ser leído como interés en la integración
social (43%) y porque los subvencionados son un negocio (36%).
Conclusión:
los establecimientos particulares subvencionados son mejores que los
municipales. Sin embargo, la fortaleza de los primeros es la debilidad de los
segundos. Surge una pregunta: ¿qué pasaría con la educación particular
subvencionada si se fortalece la educación pública-municipal y se equipara
“calidad e infraestructura”?
Pregunta # 4:
Esta pregunta sigue en la lógica de las anteriores en el sentido de identificar
las tres principales variables más “importantes
para Ud. a la hora de decidir un colegio para sus hijos”. Para el total de
la muestra, en primer lugar aparece la “calidad
de la instrucción académica” con un 53%. Esta cifra sube al 61% en la
coyuntura de la “revolución pingüina”. En segundo lugar, aparece con un 50% la
“formación ética y los hábitos” y en
tercer lugar con un 46% la “disciplina”.
Conclusión:
En consecuencia, calidad, valores y disciplina es lo más valorados a la hora de
elegir un establecimiento educacional. Más abajo, aparece la infraestructura
(36%), la cercanía al domicilio (27%) y el ambiente familiar del colegio (23%).
En definitiva, parece no ser relevante la gratuidad, el derecho universal y la
inclusión.
Pregunta # 5:
Se pregunta por el “tipo de
establecimiento… - donde-… estudian sus hijos en edad escolar”.
Lo
interesante, es observar como en el largo plazo –desde el 2003- la matricula
municipal ha caído 10 puntos porcentuales del 51% al 42%. A su vez, la suben en
7 puntos porcentuales los particulares subvencionados con copago, en tres
puntos porcentuales los particulares pagados y en un 1% los sin copago.
Conclusión:
Los estudiantes chilenos estudian mayoritariamente en establecimientos
municipales y subvencionados. La matricula particular pagada es muy baja. De
hecho, la cifra que muestra la encuesta es mayor que lo ocurre en la realidad
en tanto número de alumnos y de establecimientos.
Pregunta # 6:
Esta pregunta-respuesta es confusa y mal hecha. No obstante, indaga en torno a
si es bueno o malo, o si debiera estar prohibido o no que “los padres puedan complementar el subsidio educacional que otorga el
Estado a través de un copago…. para mejorar la educación de sus hijos”. Esta
ha sido una de las preguntas de la discordia que se discutió durante la semana.
Sus resultados, muestran que para el 52% es “bueno
que los padres puedan complementar el subsidio” y que, por tanto, no
debiera estar prohibido. A su vez, para
el 37% “debiera estar prohibido”.
Conclusión:
Si al copago; pero, para “mejorar la
educación de sus hijos”. Nuevamente, la fortaleza del subvencionado con
copago es la debilidad de lo público-municipal. Surge otra pregunta: ¿qué nivel de asociación hay entre copago y
calidad?
Pregunta # 7: Si
la pregunta anterior asociaba el copago a la calidad, en esta se asocia al “compromiso de los padres con la educación
de sus hijos”. La pregunta también fue parte del debate de la semana. Y
también, genera dudas metodológicas. No obstante, los resultados muestran que
el 55% está de acuerdo y el 36% en desacuerdo. Cifras, por tanto, muy similares
a las de la pregunta anterior.
Conclusión:
El copago mejora el compromiso de los padres con la educación de sus hijos.
Surge la misma interrogante: ¿qué nivel
de asociación hay entre copago y compromiso?
Pregunta # 8: La
pregunta indaga en torno a la inclusión y a la segregación del sistema escolar. En términos metodológicos es una
pregunta mal hecha y confusa. Dice
la pregunta, “Ud. qué prefiere: ¿qué su
hijo/a vaya a una a una escuela básica,
liceo municipal o colegio donde los alumnos tengan un nivel socioeconómico
parejo y parecido al suyo o que vaya… a uno bien distinto”? El 63% dice que prefiere que vayan a un
establecimiento “parejo y parecido al suyo” y el 30% prefiere que los “alumnos tengan niveles socioeconómicos bien
distintos”.
Conclusión:
no a la inclusión y si a la segregación. En consecuencia, la gente prefiere que
sus hijos estudien con sus pares: ricos con ricos y pobres con pobres; blancos con
blancos y mapuches con mapuches. Es
interesante constatar esta respuesta con otras que van en la misma línea. En efecto, las preguntas 2, 3 y 4 nos
muestran que para los encuestados no es muy relevante que sus hijos se eduquen
con gente y/o alumnos distintos a su realidad. Evidentemente, esto entra en
contradicción con uno de los fundamentos políticos e ideológicos del programa
de la inclusión que impulsa el gobierno.
Pregunta # 9:
Esta pregunta indaga en torno a quien debería financiar en materia educacional
el Estado. Dice, ¿Piensa Ud. que el
Estado debiera financiar… a los
municipales y particulares subvencionados… o sólo a los municipales…? Los resultados muestran que para el 63%
de los encuestados, el Estado debería financiar a ambas modalidades:
municipales y particulares subvencionados. Sólo el 30% considera que sólo
debería financiar a los municipales.
Conclusión:
Si al financiamiento público de los subvencionados particulares.
Pregunta # 10: “¿Qué le parece que los
colegios particulares subvencionados, además de entregar educación, generen
ganancias a sus dueños?”. Aquí, la debilidad metodológica va más
por el lado de las respuestas propuestas que por el lado de la pregunta. Las
cifras muestran que para el 49% de los encuestados “le parece bien, siempre y cuando tengan un nivel educacional bueno y
los padres estén informados”. A su vez, al 42% “le parece mal... y debiera estar prohibido”.
Conclusión: Si
a la ganancia en el giro educacional. Sin embargo, no podemos dejar de
mencionar que la cifra es similar estadísticamente a los que les parece mal al
haber una distancia de 7 puntos porcentuales -49% contra 42%-; sobre todo, si
pensamos en el 3% de margen de error de la encuesta. De hecho, esta situación
nos podría conducir a que al 46% “le
parece bien” que haya ganancia y al 45% “le parece mal”. Además, la respuesta en términos de diseño está
condicionada a la calidad del establecimiento y a la información de los padres.
Pregunta # 11: La
pregunta está centrada en la temática de la “admisión”-selección. “En
general, ¿está ud. de acuerdo o en desacuerdo con que los colegios religiosos
tengan un proceso de admisión que verifique si las familias están comprometidas
con el proyecto educativo y los valores del colegio? Las cifras muestran que el 55% está en
desacuerdo con la “verificación” y sólo el 37% se muestra de acuerdo.
Conclusión:
En primer lugar, quisiera decir que para la gente no es relevante a la hora de
elegir un colegio para sus hijos que éste sea religioso –ver pregunta 4-. Este
hecho, sin duda, explica la respuesta de la pregunta: Nadie quiere ser
verificado e investigado. En consecuencia, no a la selección; a lo menos, en
este contexto y en el marco de este tipo de admisión.
Pregunta # 12:
Esta pregunta está relacionada con la anterior. Sin embargo, su diseño es muy
distinto y pone el foco en los liceos de excelencia, como el Instituto
Nacional. ¿Está usted de acuerdo o en
desacuerdo con que los liceos de excelencia del país…. Seleccionen a sus
alumnos a través de pruebas de admisión?
Las cifras muestran que el 39% está en desacuerdo con las “pruebas
de admisión” para seleccionar alumnos y el 54% está de acuerdo.
Conclusión:
Si a la selección. Sin embargo, ¿por qué en este tipo de preguntas –asociadas a la selección- sólo se hace para
colegios religiosos y liceos de excelencia?; ¿qué pasa en los municipales en
general y en los particulares subvencionados con pago y sin copago?
Pregunta # 13:
La pregunta se relaciona con la gratuidad en el sistema universitario. ¿Cree usted que las universidades debieran
ser gratuitas para todos los estudiantes o sólo para los estudiantes de
familias con menos recursos? Para el
57% de la muestra, sólo debieran ser gratuitas para los que tienen menos
recursos; para el 38%, debieran ser gratuitas para todos y para el 4% no
debieran ser gratuitas.
Conclusión:
No a la gratuidad universal a nivel universitario.
Pregunta # 14:
La pregunta indaga en torno a qué instituciones de educación superior –privadas
y estatales- debiera financiar el Estado. ¿Cuál
de las dos afirmaciones de esta tarjeta se acerca más a su punto de vista? Para el 62% de la muestra “el
Estado debería financiar a todos los jóvenes sin importar si estudian en
instituciones de educación superior estatales o privadas”. Para el 29%,
debiera financiar sólo a los que estudian en instituciones estatales.
Conclusión:
El Estado debe financiar la educación superior de los estudiantes
independientemente si estudian en una institución privada o estatal. Se trata,
en consecuencia, de que las instituciones privadas deben recibir recursos
públicos para sus actividades. En definitiva, si al financiamiento público de
prácticas privadas.
Pregunta # 15:
La pregunta indaga en torno a quien debería entregar servicios educacionales. ¿Cuál de las dos afirmaciones de esta
tarjeta se acerca más a su punto de vista?
Para el 51% de los encuestados “es bueno que existan muchos tipos de
establecimientos de educación para que la gente elija entre diferentes
alternativas de servicios”. A su vez, para el 41% “es bueno que la educación sea entregada por el Estado solamente, para
que todos reciban la misma educación”.
Conclusión: La
respuestas posibles son débiles en términos metodológicos; inducen la respuesta
–como hemos visto en otras preguntas-respuestas. En definitivamente, si a la
libertad de enseñanza. Aquí, vemos la esencia neoliberal: la libertad de
elegir.
Pregunta # 16: “¿qué entiende por
lucro en la educación? En
la pregunta # 10 vemos que según la encuesta el 49% de la gente está de acuerdo
con la ganancia educacional. Pero, ¿por qué no usa la palabra “lucro” en esa
pregunta? Para el 39% de la muestra, lucro en la educación sería la “ganancia de los dueños”, para el 29%
sería una “ganancia excesiva” y para
el 24% una ganancia “que perjudica la
calidad de la educación”. Las respuestas tienen un problema metodológico al
no diferenciar de forma excluyente. De hecho, se superponen. ¿Por qué no está
la alternativa “ganancia mínima o ganancia justa”?
Conclusión: Se
observa, que para todos los encuestados “lucro” es equivalente a ganancia. Sin
embargo, sólo para el 24% esa ganancia se asocia a la mala calidad del proceso
educativo.
Conclusiones finales.
Resulta evidente que los resultados de esta sección van en contra de todo lo
que el gobierno plantea en materia de reforma educacional. Beyer ha arrinconado
al gobierno y lo ha puesto en una situación incómoda y compleja, el CEP
inaugura un nuevo estilo y un nuevo rol adaptándose a la nueva fase
socio-política y la derecha política se reposiciona para poder influir en la reforma
tal como ocurrió en la tributaria.
En
definitiva, las conclusiones se pueden resumir en diez afirmaciones:
1.
La gente prefiere los establecimientos educacionales subvencionados en vez de
los municipales. Esto se debe a la calidad de la educación, a la disciplina, al
orden y a la infraestructura. Es decir, son mejores.
2.
Esto, ha generado que la matricula municipal caiga de manera sistemática.
3.
Si al copago; porque mejora la calidad de la educación y el compromiso de los
padres en el proceso educacional de sus hijos.
4.
No a la inclusión. Si a la segregación.
5.
Si al financiamiento público de los subvencionados particulares.
6.
Si a la ganancia en el giro educacional.
7.
Si a la selección-admisión.
8.
No a la gratuidad universal a nivel universitario.
9.
Si al financiamiento público de instituciones privadas de educación.
10.
Si a la libertad de enseñanza.
Las
encuestas son, independientemente de su pretensión de neutralidad y
cientificidad, un dispositivo de poder. Toda encuesta es palabra; y, por tanto,
una forma de construir realidad y subjetividad. Y mientras tanto, Bachelet
–“que no fue elegida por un programa”- mantiene importantes niveles de
aprobación, credibilidad y confianza. Lo que no está en duda, es que habrá
reforma.