Enero-2016
Hay, sin duda, que leer este viaje del ex presidente
Piñera a La Araucanía en clave presidencial. Incluso, se podría afirmar que se
trata de su primer acto, evento o gira de campaña. Fue como candidato, se movió como candidato y hablo como candidato.
La sorpresa de unos y el malestar de otros fueron algunos de sus efectos de
corto plazo. Nadie quedo indiferente a los pasos del ex mandatario por La
Araucanía.
Su visita fue un golpe para todos. Para el gobierno,
para su sector y para los presidenciables. A casi un mes de la fracasada y
polémica visita de Bachelet a la zona, el presidenciable partió a una zona
conflictiva e hizo todo lo que no hizo la comita presidencial de La Moneda:
compartió con los ciudadanos “de a pie”, se juntó con el hijo del matrimonio
Luchsinger-Mackay, con la Multigremial de La Araucanía, con víctimas de la
violencia y con sus ex colaboradores. El propio Piñera afirma que la visita se
debe a que en la zona “hay problemas
graves” y que se “ha reunido con
muchas personas para poder tener una versión, una impresión con mis propios
ojos y oídos de cómo enfrentar los problemas de La Araucanía”.
Desde el entorno se dijo que el viaje estaba programa
con anticipación. No obstante, tomó por sorpresa a todos: al “Chile Vamos” que
busca la unidad e institucionalizar al sector, a los partidos y a los presidenciables.
Desde Renovación Nacional hubo malestar de los
presidenciables: Espina y Ossandón; mientras el primer pide “unidad” y gestos que la demuestren ya
que en esa visita los parlamentarios del sector deberían haber estado, el
segundo pide que “sincere” su
candidatura. No obstante, ambos reconocen el legítimo derechoque Piñera tiene
para moverse por Chile. Para anular el efecto, el Senador Ossandón, días
después, visita rápidamente la zona para “conocer
las visiones de la gente que vive ahí y generar un diálogo que permita buscar
soluciones”.
Al contrario, desde la UDI recibe un espaldarazo del
presidente no sólo por medio de contrastar su viaje con la visita “clandestina” de Bachelet y afirmar que
Piñera “da la cara”, sino también
reivindicando su derecho a ir a la zona como candidato o no, en campaña o no.
A su vez, el gobierno insiste en no usar políticamente
el conflicto; no obstante, reconoce el derecho que Piñera tiene de circular
libremente por Chile. Los partidos del oficialismo también critican el hecho.
Pizarro –presidente DC- afirma que Piñera actúa como precandidato buscando “diferenciarse y que debe tener cuidado en
hacer demagogia con un tema de Estado”.
La visita a La Araucanía es un hecho político que da cuenta de que Piñera es candidato o pre candidato
y que está en campaña o en pre campaña. No obstante, el ex presidente ha
dicho que entre Marzo y Abril va decidir acerca de su postulación. Este hecho,
nuevamente, muestra que la decisión ya la tiene tomada y que sólo está a la
espera de que los tiempos políticos y las coyunturas muestren que el momento ha
llegado.
El hecho muestra, en consecuencia, que la coyuntura
presidencial ya está instalada en el sector. El espaldarazo de Hernán Larraín y
la rápida reacción de Ossandón dan cuenta que el tablero está en pleno
desarrollo. Sin embargo, la competencia Piñera-Ossandón no es un simple
enfrentamiento de dos figuras presidenciales que buscan el mejor
posicionamiento, sino también que se trata –luego, de muchas décadas- de dos
derechas en competencia.
Y, cómo La Araucanía es un reducto del sector y esta cruzada por “graves problemas” políticos y económicos, se ha convertido en el lugar elegido para dar inicio a la competencia presidencial en el sector. Piñera ni Ossandón olvidan a la región.
Y, cómo La Araucanía es un reducto del sector y esta cruzada por “graves problemas” políticos y económicos, se ha convertido en el lugar elegido para dar inicio a la competencia presidencial en el sector. Piñera ni Ossandón olvidan a la región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario