09, mayo, 2016
El proceso constituyente
está en su segunda etapa: los “diálogos
ciudadanos” que se van a extender entre el 23 de abril y el 06 de agosto.
Se trata, de un diálogo dirigido por una metodología
que conocemos como “convergencia deliberativa” que tiene como objetivo construir y dirigir la deliberación pública
de los chilenos mayores de 14 años en torno a una nueva Constitución en busca
de consensos mínimos sobre lo que se
va incorporar conceptual e ideológicamente en la nueva Constitución.
La fase de los “diálogos ciudadanos”, por tanto, forma parte de un diseño metodológico y político que busca normar, dirigir y encapsular la participación hacia acuerdos básicos en torno a ideas y conceptos previamente definidos por el equipo del gobierno que ha diseñado el proceso constituyente. Esta metodología articula dos dimensiones: los ejes temáticos y los espacios públicos de deliberación.
La fase de los “diálogos ciudadanos”, por tanto, forma parte de un diseño metodológico y político que busca normar, dirigir y encapsular la participación hacia acuerdos básicos en torno a ideas y conceptos previamente definidos por el equipo del gobierno que ha diseñado el proceso constituyente. Esta metodología articula dos dimensiones: los ejes temáticos y los espacios públicos de deliberación.
Territorialmente, el proceso
comienza en el nivel local con dos
formas de participación: una consulta vía web por medio de un “Formulario
Ciudadano de Ideas” y encuentros locales auto-convocados y cuyos resultados
serán también enviados vía web en el “Acta de Encuentros Locales”. Lo
relevante, desde el punto de vista de la “metodología en uso” y de los efectos
de poder que produce, es que la conversación se enfoca, preferencialmente, en
torno a un conjunto definido de valores, deberes, derechos e instituciones que
una constitución debería tener según lo que cada uno “cree”.
La consulta individual identifica 37 valores, 44 derechos, 12 deberes y 21 instituciones. A su vez, los “Encuentros Locales”, provinciales y regionales también se estructuran en torno a estos ejes temáticos.
Entre los conceptos a elegir tenemos: estado laico, unidad, subsidiaridad, multiculturalismo, autonomía, igualdad, libertad personal, derecho a la educación, privacidad, salud, trabajo, vivienda, respeto naturaleza, servicio a la comunidad, respeto, protección y respeto por los Derechos Humanos, defensor del pueblo, justicia constitucional, régimen de gobierno, congreso, etc.
La consulta individual identifica 37 valores, 44 derechos, 12 deberes y 21 instituciones. A su vez, los “Encuentros Locales”, provinciales y regionales también se estructuran en torno a estos ejes temáticos.
Entre los conceptos a elegir tenemos: estado laico, unidad, subsidiaridad, multiculturalismo, autonomía, igualdad, libertad personal, derecho a la educación, privacidad, salud, trabajo, vivienda, respeto naturaleza, servicio a la comunidad, respeto, protección y respeto por los Derechos Humanos, defensor del pueblo, justicia constitucional, régimen de gobierno, congreso, etc.
Siguiendo las respuestas
múltiples sin jerarquía de las encuestas de opinión, los participantes tienen
que escoger 7 conceptos por eje con la posibilidad de incorporar (pregunta
abierta) ideas que no estén en la “lista
oficial”.
La información que se
generen en estas dos formas de participación local serán “los insumos generales que permiten guiar la discusión a nivel
provincial”. De este modo, la sistematización
de los contenidos que se producen a nivel local son la “base temática” y la guía sobre la que se van a desarrollar los cabildos provinciales.
Esta segunda etapa se va
realizar el 23 de julio. Se trata, de una jornada pública y abierta a la que
podrán asistir no sólo los organizadores de encuentros locales, sino también
todos los que se quieran inscribirse vía web. En términos metodológicos, los
participantes tendrán dos instancias de discusión: el trabajo en grupos de no
más de 20 personas y el diálogo deliberativo. Sobre la base de la síntesis
local, los participantes de los cabildos provinciales deberán debatir, decidir y lograr consenso. Este consenso
convergente se logra identificando los principales “acuerdos, acuerdos parciales y desacuerdos” que surgen en el
debate en torno a los conceptos e ideas básicas que se ha definido previamente.
Siguiendo la misma metodología
llegamos a los cabildos regionales -06
de agosto. La participación, nuevamente, es pública y abierta. También, como
todo el proceso, normada, dirigida y
encapsulada en una metodología conocida como “convergencia deliberativa”.
La “base temática” y “la guía” para este encuentro de “deliberación pública” se
encuentran en los principales “acuerdos,
acuerdos parciales y desacuerdos” que se han obtenido en la fase de los cabildos
provinciales y que han sido sistematizados “por expertos”.
Sobre estos contenidos los
participantes de los cabildos regionales deberán dejar en Acta sus “acuerdos, acuerdos parciales y desacuerdos”.
Sin embargo, esta instancia tiene tres objetivos: integrar los acuerdos de los
cabildos provinciales, integrar los desacuerdos de esos mismos cabildos y
construir acuerdo en las áreas en que no hay. En definitiva, las 15 actas
regionales “deberán contener la síntesis
de los acuerdos” tomados en torno a los cuatros ejes temáticos: valores,
deberes, derechos e instituciones.
Aquí, finalmente, termina la
etapa de la participación ciudadana conocida como “Diálogos Ciudadanos”. Desde
este momento se abre otra etapa en el proceso constituyente.
El gobierno ha dicho que en
octubre debería recibir la “síntesis nacional” de este proceso
de participación normado y dirigido
desde arriba. La sistematización de toda esta información va terminar en un documento que se
conoce como las “Bases Ciudadanas” que “conforman
el conjunto de acuerdos logrados a nivel nacional al integrar las 15 Actas
Regionales”.
Finalmente, estas “Bases
Ciudadanas” serán la fuente para que el gobierno redacte un proyecto de nueva
Constitución que va enviar al Congreso a “inicios
del segundo semestre del 2017”.
Lo relevante, en
consecuencia, es describir y entender la
forma que asume la participación ciudadana e identificar los efectos que va
tener en el tipo de Constitución que, finalmente, se va terminar aprobando.
El primer rasgo, de esta forma de participación ya lo mencione; se trata, de que esta normada, dirigida y encapsulada desde
arriba: es una participación controlada por medio de una metodología
específica.
En segundo lugar, nos encontramos con el hecho de que los conceptos
que guían la discusión son polisémicos,
es decir, pueden adquirir distintos significados lo que genera confusión y dificulta
la búsqueda de consensos.
En tercer lugar, se trata de una participación que al buscar el consenso, reduce y minimiza el conflicto; de algún modo, se ha tratado de construir –al menos, en esta fase- un tipo de participación despolitizada. De hecho, los participantes son “manejados/dirigidos” por las “reglas del juego” que imponen los organizadores, es decir, el gobierno. Para que se una “constitución de todos y para todos” es evidente que tiene que tener consensos que generen unidad nacional.
En cuarto lugar, aparece la mayor debilidad política de la fase participativa: que no se trata de un proceso vinculante.
Finalmente, la metodología de los “Diálogos Ciudadanos” genera condiciones para que avancemos hacia una constitución minimalista que contenga aspectos básicos, generales y consensuados. Del mismo modo, atendiendo al clima de la época y a los conceptos dominantes de la metodología deliberativa, avanzamos a una Constitución liberal. Avanzamos hacia el consenso liberal.
En tercer lugar, se trata de una participación que al buscar el consenso, reduce y minimiza el conflicto; de algún modo, se ha tratado de construir –al menos, en esta fase- un tipo de participación despolitizada. De hecho, los participantes son “manejados/dirigidos” por las “reglas del juego” que imponen los organizadores, es decir, el gobierno. Para que se una “constitución de todos y para todos” es evidente que tiene que tener consensos que generen unidad nacional.
En cuarto lugar, aparece la mayor debilidad política de la fase participativa: que no se trata de un proceso vinculante.
Finalmente, la metodología de los “Diálogos Ciudadanos” genera condiciones para que avancemos hacia una constitución minimalista que contenga aspectos básicos, generales y consensuados. Del mismo modo, atendiendo al clima de la época y a los conceptos dominantes de la metodología deliberativa, avanzamos a una Constitución liberal. Avanzamos hacia el consenso liberal.